Cambiamos de estación y con ella llegan las temidas alergias. De momento las lluvias de estos últimos meses de invierno están manteniendo a raya los niveles de polen. Con el cambio de estación subirán las temperaturas progresivamente y las lluvias serán más intermitentes, ayudando así, a la floración de las plantas, arbustos y árboles que provocan las alergias.

 

Los cambios estacionales son fundamentales en las latitudes medias para asegurar en los ecosistemas los cambios en los ciclos vegetativos de las plantas, como ocurre en la Península Ibérica. Pero en general el Reino Vegetal se distribuye en nuestro planeta en función de las características climáticas, desarrollando una adaptabilidad concreta para cada región.

 En nuestro país la riqueza de la flora es más que conocida y, por tanto, las plantas comienzan a salir de su letargo invernal para poder florecer y comenzar la polinización. Por ello muchas personas sufren alergias a lo largo de esta nueva estación, además, otros agentes como la contaminación o el polvo en suspensión ayudan a agravar este tipo de afecciones de las vías respiratorias.

El polen es el máximo exponente en las alergias y concretamente las gramíneas o poáceas (Poaceae), las platanáceas (Platanaceae), las cupresáceas (Cupressaceae) y las taxáceas (Taxaceae).

En estos momentos del año y como comentábamos al principio, las condiciones meteorológicas de los últimos meses han ayudado a retrasar la floración. Pero podemos afirmar que ya ha comenzado en la mayoría de las áreas biogeográficas de nuestro territorio. En algunas zonas como el centro peninsular, el sureste de Andalucía, noroeste de Castilla y León, así como un área reducida del pre-pirineo y pirineo aragonés y catalán las concentraciones de polen de ciprés y plátano se mantienen moderadas y puntualmente altas. Este es un ejemplo de dos de los grupos que producen las alergias, pero nos deja visualizar que la máquina ya está en marcha y por tanto, en cuanto la meteorología vaya dando treguas, más especies vegetales se unirán a la floración.

Las cupresáceas (Cupressaceae). Dublín, noviembre 2012.

No podemos olvidar al grupo de las gramíneas, que son las comúnmente llamadas “hierbas del campo” que podemos encontrar en cualquier parque, jardín e incluso en los alcorques de los árboles de cualquier ciudad española. Son la principal causa de alergia en nuestro país junto con los olivos durante la primavera.

Gramíneas. www.uco.es

¿Las alergias sólo se producen en primavera?

La respuesta es no, durante el invierno estación que acabamos de abandonar, también aparece la polinosis (manifestación alérgica desencadenada por la inhalación de polen) entre los meses de enero, febrero y a principios de marzo. El agente que lo provoca es el polen de las cupresáceas (sobre todo las arizónicas), plantas muy comunes en ciudades. De hecho en anteriores apartados hemos comentado que los cipreses se encuentran ya en niveles moderados.

A través de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (http://www.seaic.org/) se asegura que en los últimos años, las alergias a pólenes de cupresáceas y arizónicas han aumentado durante el invierno. Incluso igualando y superando en algunos casos a los afectados por gramíneas durante los meses de mayo y junio.

Por tanto, podemos concluir que como especie estamos ligados a todos los cambios ambientales que nos rodean, algo obvio pero que no todo el mundo es capaz de interiorizar incluso hoy en día. Ciudades como Madrid o Barcelona son núcleos poblacionales que se ven afectados por las alergias cada año, entre un 40 y un 50% de su población sufre los efectos del polen. La planificación en áreas urbanas de parques, jardines así como el uso del transporte privado o público son la clave para minimizar las afecciones alérgicas en las personas, ya que, el clima y su meteorología asociada es algo intrínseco de nuestro planeta.