¿Os habéis preguntado alguna vez porqué los huracanes con nombre de mujer suelen provocar más víctimas mortales?
Un reciente estudio sobre huracanes de La Academia Nacional de las Ciencias de EEUU concluye que, efectivamente, los apodados con nombre de mujer han sido más devastadores y han provocado un mayor número de víctimas mortales que los que llevan nombre masculino.
Al parecer, cuanto más femenino es el nombre del huracán, más elevado es el número de víctimas que provoca. La explicación tiene mucho que ver con la manera en que la población afectada por el huracán asocia ese nombre de mujer, precisamente por ser femenino, a una tormenta de menor intensidad e impacto.

Inundaciones en Nueva Orleans durante el huracán Katrina en agosto de 2005

Inundaciones en Nueva Orleans durante el huracán Katrina en agosto de 2005

Y es que según concluye el estudio, es más probable que antes de la llegada del huracán, la población dé menos importancia a uno llamado Alicia, por muy intenso que sea, que a uno más débil llamado Brutus. Todo ello porque el nombre del primero parece más dulce e inofensivo, además de asociarse al estereotipo de mujer.
Los resultados del estudio se basan en un análisis exhaustivo de 94 huracanes que han tocado tierra en Estados Unidos entre 1950 y 2012. Para evitar una marcada influencia sobre los resultados finales, los investigadores eliminaron de la lista de este estudio estadístico el Katrina de 2005, y el Audrey de 1957, los dos huracanes más letales del periodo utilizado.
A pesar de ello, los resultados son sorprendentes. Los huracanes intensos con nombres femeninos provocan casi tres veces más muertos que los de nombre masculino. Sin embargo, en una encuesta explícita realizada como parte del estudio, se preguntaba a hombres y mujeres sobre su percepción acerca de si los huracanes de nombre femenino eran más peligrosos que los de nombre masculino. La respuesta resultó ser muy similar en ambos casos.
Antes de 1953, los huracanes del Atlántico se nombraban utilizando el día y la ubicación o las coordenadas de latitud y longitud. Entre 1953 y 1979, se asignaban nombres de mujer en orden alfabético seleccionados antes de que empezara la temporada. Desde 1979, el Centro Nacional de Huracanes, alterna nombres masculinos y femeninos asignados previamente de manera arbitraria de una larga lista de nombres.
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Parece increíble que el nombre con el que se apoda un huracán, pueda acabar siendo uno de los factores determinantes del impacto que tiene sobre la población de una zona. Si queremos que la evacuación de un núcleo de población, ante la llegada de una tormenta, se haga como es debido, quizá deberíamos usar con más frecuencia nombres explícitos como Atila, Conan, Terminator, Hulk…