Existen hechos en la naturaleza en los cuales nuestra intuición de cómo y porqué deberían producirse no es del todo correcta. Por ejemplo, cuando un rayo alcanza a una persona solemos pensar que ha sido el rayo que vemos saliendo de la nube en una tormenta el causante de este hecho. Aunque esto no está muy lejos de la realidad no es del todo cierto. Lo que ocurre realmente es que la tierra emite una respuesta en forma de rayo para cerrar el circuito eléctrico. Es decir, el rayo que alcanza a la persona es el rayo que sale de la tierra. Esto no es lo que nos dicta nuestra intuición.

El otro día leí un artículo publicado en una web de CIFOR (Centro para la investigación forestal internacional) que nos informaba que investigadores de esta organización habían llevado a cabo un estudio en el que reforzaban una controvertida hipótesis. Esta hipótesis nos dice que los bosques juegan un papel determinante a la hora de producir lluvia debido a la creación de vientos atmosféricos que, funcionando como una bomba, extienden la humedad a través de los continentes. Es decir, de una manera simplista, son los bosques los que atraen a las lluvias y no las lluvias las que generan zonas con bosques. De ser cierto, esto tampoco es lo que nos sugiere nuestra intuición.

Bosque de Cantabria

Bosque de Cantabria. Imagen: Mariete
Fuente: Flickr Creative Commons

Esta hipótesis, conocida como la bomba biótica, fue expuesta por primera vez en 2006 por los científicos Anastassia Makarieva y Victor Gorshkov. En el documento que expone esta teoría indican como los bosques al generar una presión atmosférica baja, trasladan el aire húmedo hacia las zonas del interior ayudando a producir lluvias. Posteriores investigaciones de otros científicos como Sheil y Murdiyarso, en 2009, han ido apuntalando los conceptos y la física que hay detrás de esta hipótesis.

El modelo explica por qué el aire se eleva sobre las áreas en las que la evaporación es más intensa, tales como los bosques. El resultado de este proceso es una baja presión que a su vez atrae aire húmedo adicional, dando lugar a una transferencia de vapor de agua que precipita en forma de lluvia en las zonas con una evaporación superior.

Los resultados de estos estudios han encontrado una fuerte oposición a la hora de recibir apoyo de otros científicos ya que dicho modelo es contrario a los modelos climáticos existentes.

Más allá de la controversia de este estudio, esto me hace pensar lo mucho que nos queda por comprender los diferentes fenómenos atmosféricos, debido a la cantidad de factores que intervienen y la forma de interaccionar los unos con los otros. Es interesante observar cómo en muchas ocasiones nuestra intuición no nos lleva a la explicación correcta a la hora de entender estos fenómenos. Por eso debemos apoyar siempre nuestras predicciones en base a la ciencia y con la ayuda de la tecnología.