Con las temperaturas que estamos teniendo estos días, a más de uno se le ha venido a la cabeza las dudas que se plantearon hace unas semanas en la televisión francesa Meteofrance sobre cómo sería este verano. Un meteorólogo afirmó, en este medio y con rotundidad, que tendríamos que estar preparados para “un verano más frío de lo normal y con más precipitación”. Tales afirmaciones no se salían de lo correcto y fueron, en cualquier caso, totalmente rigurosas. El gran problema que surgió entonces fue la errónea interpretación que se hizo de las mismas.

La salida de los modelos de predicción climática a tres meses elaborados por la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) aseguraban unos meses de verano con valores de temperatura por debajo de la media correspondiente a los valores normales para esas fechas. En cuanto a la precipitación, también los resultados obtenidos confirmaban precipitaciones ligeramente por encima de los valores medios en dichos meses. ¿Significaba esto que no podríamos sacar la ropa de verano y que no debiéramos de separarnos del paraguas?

En la situación meteorológica en la que está sumergida actualmente el país, ola de calor con valores máximos y mínimos sofocantes extendidos a amplias regiones de la península y con clara persistencia, parece claro que la pregunta anterior tiene una respuesta evidente. Estamos ante una situación nada anormal, teniendo en cuenta que estamos en la estación estival y ahora es cuando tiene que hacer calor. Los valores en ningún caso son anómalos, si bien su llegada ha sido un tanto brusca.

Ola de calor en la península

Hay que contextualizar el sentido y significado de la afirmación “valores por encima de la media”, cuando han sido la causa de la confusión. Valga como ejemplo que el hecho de que las temperaturas medias sean más bajas, se produciría simplemente si se registrasen 2 días en vez de 5 con temperaturas muy altas, rondando valores récord. Lo mismo ocurre con las medias de días de precipitación, por 2 días más en los que llueva ligeramente ya hace superar los valores medios registrados hasta el momento. Aunque para muchas personas angustiadas por el calor lo más sencillo ha sido volver a echar la culpa a los meteorólogos por otro pronóstico desacertado, vemos que lo que realmente ha ocurrido es que ha habido una mala interpretación de unas conclusiones rigurosas.

Parece paradójico, pero lo que muchos están deseando ahora con esta ola de calor encima nuestra es que ojalá las interpretaciones de un verano más fresco y lluvioso fuesen acertadas. Como siempre pasa en estos casos, nunca llueve a gusto de todos.