Con la nueva estación, ya se pueden contemplar cambios en el panorama meteorológico.

La primavera es una estación que se caracteriza por su tiempo inestable, y como en infinidad de veces decimos en televisión “revuelto”.  Nubes y claros, chubascos que nos sorprenden a cualquier hora del día, aunque especialmente durante la tarde. Técnicamente se llama inestabilidad atmosférica.

Todos salimos  de casa confiados por la mañana cuando apenas aparecen nubes o algunas dispersas pero insignificantes. Pues bien, el otro día pude observar desde el aire lo que se “cuece” a 5.000 metros de altura aproximadamente.

Era una aproximación al aeropuerto de Madrid Barajas, el Comandante del avión antes de iniciar el descenso tuvo que hacer una espera en el aire debido a la congestión del tráfico aéreo en ese momento en las proximidades del aeropuerto, y en esa trayectoria se veía perfectamente cómo esquivaba las nubes tormentosas, los denominados cumulonimbos. A mí me dio tiempo de contemplar el cielo  y ver desde el aire y no desde el Meteosat estas nubes que  presentan un aspecto de grandes coliflores, denominadas cumuliformes  y son las que nos pueden sorprender  a cualquier hora del día descargando algún chubasco, aunque se den más frecuentemente al amanecer y al atardecer por el calentamiento y enfriamiento del aire  a esas horas. Es la diferencia entre las temperaturas de las masas de aire con humedad  la que produce estos fenómenos, cuanto mayor es esta diferencia, más intenso es el fenómeno.

Núcleos nubosos que van creciendo a lo largo del día favorecidos por el aire frío en capas medias y altas de la atmósfera, nos dejan una estampa como esta, que visto desde una aeronave resulta más atrayente.